lunes, 27 de septiembre de 2010

Ciénaga


Sí, no hubiera debido confesártelo pero, sí, ahí me amancebaba con el agua en otras épocas, en un mar de saliva ardiente y compulsivas olas de orgasmos. Una tarde de esperma, sangre, hongos y jadeos, aparecieron las serpientes. Instintivamente encontraron su lugar, nada tuve que explicar. Empezaron a deslizarse por lo esencial, evitando tus andamios de preguntas y tus planteamientos en espiral. Sí, ya sé que anhelas comunicarte pero, en tu ceguera verbal, no logras entender que lo único que busco es silencio y, muy de vez en cuando, algún grito arrancado con las manos. Eso es todo. No pretendas confidencias ni insinúes parentescos, y ya que te intriga la nariz de las serpientes, te diré que usan la lengua de manera muy distinta a la tuya.

Sí, digamos que es una ciénaga, un ojete de tierra que deleita con sus tibias erupciones, sí, es obvio que también es laguna, charco, escupida, vino de boca en boca, sí, es todo eso y es más, pero no insistas porque tu acceso se ha cerrado, se ha caído, no ha existido. No, nada se ha movido, pero todo ha cambiado. ¿Qué más puedo añadir? Que sigas postrándote ante tu altar de sensiblerías, que preserves tus orejas impolutas y que prepares tu ejército de palabras porque yo, ajeno y sonriente, seguiré sumergiéndome en el mudo universo de mis bichos, aprendiendo y mudando de piel hora tras hora.

martes, 21 de septiembre de 2010

El pozo de las ratas


El pozo de las ratas no es ni un pozo ni contiene ratas.


El pozo de las ratas está situado en el centro de la Isla de los Cuchillos: arriba, abajo, en el aire, en cualquier parte.

El pozo de las ratas oscila entre un intersticio y el tamaño de la isla.

Sombra, espejo, rostro: es la sonrisa de quien no volveremos a ver, es también el aborto de un amor que terminó en una malformación que deseamos olvidar.

El orificio, el pozo, la gruta se recorre de diversas maneras. Ni el gusto ni la textura son idénticos para todos.

Caerse por el pozo de las ratas, es decir obnubilarse, no supone estrellarse en un silencio perpetuo, sino hundirse en un grito interminable, de dentro y de fuera.

Es perderse sin retorno, es ignorar si nos estamos viendo, leyendo o mutilando.

sábado, 4 de septiembre de 2010

UN TRUCO MAGISTRAL

¡Es fácil, indoloro y sus resultados son sorprendentes!
¡Pruébalo ya mismo y sé el centro de la fiesta!
Primero presionas los testículos suavemente hasta que entren en la cavidad pélvica. (Fig. 1)
Luega tomas el pene fláccido entre tus manso y lo jalas hacia atrás, llevando el glande lo más cerca posible del ano. (Fig. 2)
Finalmente te colocas la tanga (del color y material deseado) teniendo el cuidado de poner la parte posterior al frente y la frontal hacia atrás, hundiéndola entre las nalgas para que sostenga todo el aparato reproductor en su lugar. (Fig. 3)
¡Y listo! ¡Ya eres una señorita!
Para dar más realismo puedes depilarte el púbis en forma de cavado y completar el conjunto con un soutien relleno con globos inflados con agua.
¡Diviertete y haz feliz a tus amantes!

La casa no se responsabiliza ante traumas y/o cambios de género posteriores.
Solo para consumo personal.